Tenemos una buena noticia: Las mujeres emprendedoras se encuentran entre las personas más felices del mundo.
Esta es la conclusión del Global Entrepreneurship Monitor de 2013, que comparó el bienestar personal y la satisfacción laboral de personas que emprenden o dirigen negocios en 70 economías, con el de aquellas que no se dedican a actividades empresariales. El informe, publicado este mes, reveló que los emprendedores – tanto hombres como mujeres – tienen más satisfacción personal y laboral, lo cual quedó reflejado en declaraciones como «Mi vida es casi ideal» o «Si volviera a vivir de nuevo, no cambiaría nada». El grado de felicidad variaba dependiendo de la región; los emprendedores de los países de África subsahariana contaban con la tasa más baja, mientras que la mayor pertenecía a los de América Latina y América del Norte.
Sin embargo, en cuanto al sexo, el informe del GEM reveló que las mujeres empresarias mostraban «un mayor grado de bienestar subjetivo» que los hombres en economías impulsadas por la innovación, como EE.UU o Europa – un hallazgo que pareció sorprender al coautor del informe, José Ernesto Amorós, quien declaró que esto «abre posibilidades» para una mayor investigación.
El informe no explicaba por qué las mujeres emprendedoras son tan felices. Pero no resulta difícil llegar a algunas conclusiones, basándose en otros estudios y en nuestras propias observaciones de las mujeres emprendedoras a través del proyecto en curso del TSE: 1000 Historias. Éstas son tres de las razones:
Las mujeres ganan más dinero cuando son empresarias, a diferencia de lo que ocurre cuando son empleadas. Lo bueno de llevar el propio negocio es que no existe ningún techo de cristal corporativo que romper. El salario medio de la mujer empresaria es de 63.000 dólares, según el Business Monitor from American Express de 2013 – una buena suma teniendo en cuenta que el trabajador medio en EE.UU. gana aproximadamente 42.700 dólares. Dicho esto, el salario medio de las mujeres empresarias es todavía inferior a la media de 71,400 dólares, que es lo que ganan los empresarios masculinos. Es más probable que las mujeres tengan un segundo trabajo, también. Aún así, con todos los recursos que existen para ayudar a las mujeres propietarias de negocios a hacer crecer sus empresas – recuerda a Springboard, Astia, Count Me In y Golden Seeds, como indicamos en un artículo reciente- no es de extrañar que las mujeres emprendedoras se sientan bastante bien.
Las mujeres empresarias tienen un mejor equilibrio trabajo/vida. El modelo corporativo rígido no se acomoda a las necesidades de las mujeres, que siguen siendo con diferencia las que más se ocupan del cuidado de niños y ancianos. La posibilidad de establecer un propio horario o de ajustar el horario a la agenda, atrae a muchas mujeres a la actividad empresarial. Por favor, consulta nuestro reciente informe sobre Becky O’Neil, que decidió dejar su trabajo como técnico en rayos X al ser madre, y emprendió su propio negocio de paseo de perros. Ha hecho crecer un negocio de 2,3 millones de dólares trabajando muchas horas, pero nunca se perdió las excursiones de sus hijos o los días en que estaban enfermos. Los investigadores de GEM tomaron en consideración el balance trabajo/vida al medir la felicidad empresarial, y publicarán un informe por separado sobre el tema más adelante en 2014.
A menudo las mujeres lanzan un negocio para «marcar la diferencia» – por lo que es lógico pensar que el trabajo empresarial gratificante podría equivaler a un mayor grado de bienestar. A través de nuestro proyecto de 1000 Historias, hemos estado analizando las razones por las cuales las mujeres ponen en marcha sus propias empresas – y los primeros datos indican que «marcar la diferencia” destaca sobre “sin ánimo de lucro” y “ generar riqueza”. Por ejemplo, Holly Bantleman puso en marcha Raise the Roof con el fin de proporcionar material para fabricar techos de estaño para la gente que vive en un vertedero en Kenia; Danielle Gletow lanzó One Simple Wish para conceder deseos a los niños de acogida. La tasa de mujeres que emprenden empresas sociales está superando a la de los hombres en muchos países, entre ellos Rusia, Malasia y Argentina, según otro estudio del GEM. Cuando estás haciendo el bien en el mundo, resulta más fácil ser feliz.
Fuente: Colleen DeBaise www.huffingtonpost.com