Domicilio fiscal VS domicilio social

El domicilio fiscal y social de una empresa es fundamental para Hacienda. Especialmente el domicilio fiscal ya que hay una serie de condiciones que indican donde debe ubicarse. De hecho, el incumplimiento de estos requisitos puede acarrear multas de hasta 250 euros. Por ello, es muy importante conocer cuál es el domicilio fiscal y el social, a qué se refiere cada uno y qué condiciones deben de reunir para que la Agencia Tributaria los acepte como tal.

Diferencia de conceptos: domicilio fiscal y social

El domicilio social es aquel que se refleja en el Registro Mercantil donde se inscribe la sociedad. Lo regula la Ley de Sociedades y es público. En el domicilio social es dónde se deben celebrar las juntas de socios y sería el lugar en el que, llegado el caso, los juzgados tendrían que intervenir. Por su parte, el domicilio fiscal es el lugar en el que se realiza la gestión administrativa de la empresa. Debe ser la ubicación en la que se centre  la gestión del negocio. A nivel tributario, o fiscal como indica su nombre, este es el lugar de referencia.

Domicilio fiscal en el mismo sitio que el social

La pregunta del millón es si una empresa puede tener su domicilio fiscal en el mismo sitio en el que tiene el domicilio social. Y, efectivamente sí. De hecho, suele ser habitual para evitar las posibles sanciones o problemas establecidos por la Agencia Tributaria. Ambos domicilios pueden coincidir. Sin embargo, es necesario tener una serie de consideraciones en cuenta. Si, por ejemplo, el domicilio fiscal coincide con el social, pero no es el lugar en el que se centralice la gestión del negocio, Hacienda podría solicitar que se modificara el domicilio. El Tribunal Supremo sentenció que el domicilio fiscal debe ser el lugar en el que se administre la sociedad y se desarrolle la actividad. Por tanto, cumpliendo este requisito, ambos domicilios pueden ser el mismo. Es más, es recomendable que así sea, salvo excepciones justificadas.