La gamificación es una de las mejores estrategias de marketing que puedes implementar en tu empresa para mejorar el compromiso de los clientes. Según expertos en el marketing como Antonio Molina, CRO de Qualifio ha explicado que “la gamificación se basa en elementos emocionales, motivacionales y persuasivos por lo que consigue que las audiencias participen en acciones a las que, normalmente, no se sumarían. Sin embargo, para lograrlo la marca debe mostrar que su propuesta de juego es disfrutable, trabajando la oferta visual de sus productos”. Se basa en trasladar la mecánica de los juegos al ámbito profesional.
Pasos para mejorar la estrategia de marketing
Antes de gamificar alguna acción de marketing dentro de tu empresa es importante que conozcas los siguientes pasos claves:
- Objetivo. Como cualquier juego tiene que tener unos objetivos predefinidos. Solo así, la gamificación tiene sentido y propósito para que los consumidores se motiven y adquieran los productos o servicios de la empresa.
- Límites. Hay que establecer una serie de límites que determinan cómo pueden actuar los jugadores en cada partida y las reglas que existen para que se desarrolle adecuadamente.
- Reglas. Es necesario aplicar reglas. Los jugadores deben adoptar una actitud divertida y siempre bajo la previa aceptación de las reglas del juego, pues solo así se facilita y se obtiene una positiva experiencia.
- Participación. Es algo voluntario. Nadie tiene la obligación de jugar.
- Audiencia. A la hora de utilizar la gamificación como estrategia de marketing es imprescindible saber para quién se diseña, es decir, a qué público se está dirigiendo.
- Motivación. Motivar a las personas también es importante para que el juego tenga éxito. Por ello, hay que ofrecer a los ganadores recompensas o premios interesantes.
- Maestría. El juego debe ofrecer al jugador la opción de progresar y adquirir nuevas habilidades. Esta sensación de éxito motiva a los participantes a continuar jugando.
- Flujo. La narrativa del juego es clave para que los jugadores alcancen el estado de flujo. Siendo este el momento donde mayor inmersión en la actividad hay y donde se siente el engagement. También sirve para conectar la historia con la marca y ayudar a la audiencia a entender sus valores, forma de actuar y su personalidad.
- Autonomía. Los jugadores deben tener cierta libertad de decisión y habilidad en el juego. Es una manera de potenciar y explorar su creatividad. Para ello, la campaña o juego que se les presente debe ser personalizable, es decir, que tengan la libertad de elegir aspectos como sus nombres, su avatar, etc.
- Autoestima. Es la forma en la que los jugadores se perciben a sí mismos, cómo son realmente y cómo quieren ser percibidos por los demás. La percepción que se tiene sobre uno mismo está directamente relacionada con el alcance del objetivo en un juego y con el nivel de maestría en el mismo.