La primera mitad del año no ha ido bien en materia de ciberseguridad. La cifra de ciberataques es cada vez mayor. Como consecuencia se ha incrementado de manera considerable su frecuencia, pero también su alcance. Tanto es así, que cada 11 segundos una empresa sufre un ataque de ransomware. Según el estudio realizado por la Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad (ENISA).
Sectores más afectados por los ataque ransomware
En España, los sectores más afectados se siguen manteniendo. Por ejemplo, el de la educación, administraciones públicas, sector sanitario y el e-commerce. Aunque este último es el que muestra un mayor crecimiento respecto al año anterior. Ha sufrido un aumento de más de un 49%. Todos los ataques de ransomware en el resto de sectores mencionados supone un incremento del 8%, dando lugar a una media de 1.250 ciberataques por semana.
El tipo de ataque que ha experimentado un crecimiento notable es el ransomware. Este tipo de ataque ha ganado popularidad por dos motivos: su reducido coste y las facilidades que existen actualmente para realizarlo.
Cabe destacar que hay plataformas RaaS que, tan solo con pagar una suscripción cada mes, se encargan de ayudar a los ciberdelincuentes a extender un ataque. De ahí que su alcance también haya aumentado. Además, estas plataformas también se lucran de los rescates económicos obtenidos tras haber realizado un ataque exitoso. Corresponde a alrededor del 20% de las ganancias.
Como señala, Juan Manuel Pascual, experto en ciberseguridad y CEO de Innovery España y Latam “el ransomware va a seguir siendo la ciberamenaza número uno durante la segunda mitad de este 2023. Esto en buena parte se debe al uso de técnicas que parecen obsoletas, pero siguen siendo muy efectivas, tales como el phising o ingeniería social”.
Este tipo de ataques cada vez es más popular y consigue atraer a más ciberdelincuentes. Debido, entre otros motivos a su efectividad, al uso de otras técnicas ampliamente conocidas y al significativo impacto que causa tanto a nivel económico como reputacional. A esto se suma que el coste de inversión para realizar un ataque de estas características es mínimo y, como consecuencia tiene una inversión alta de retorno. Tanto a nivel económico como reputacional.
Los especialistas avisan y es que, mientras el conflicto entre Ucrania y Rusia continúe, la ciberguerra también lo hace. Lo que provoca efectos colaterales, afectando a los países según su posicionamiento.
