Seguramente uno de tus mayores deseos sea compartir el mayor tiempo posible con tu pareja. Tienes la confianza necesaria para decirle lo que piensas y sientes un profundo amor por ella. Pero, ¿te gustaría tenerla como compañera de trabajo? Antes de responder a esta pregunta, piensa bien en todas las situaciones que se generarían a raíz de ello. ¿Qué ocurre si los dos sois autónomos? Según Susana Ayuso, psicóloga especializada en terapia familiar y de pareja, los principales problemas de las parejas de autónomos que trabajan juntas son las largas jornadas laborales y, con ello, el poco tiempo libre, los ingresos inestables y las dificultades para coincidir en las vacaciones.
Como consecuencia de estas situaciones, las parejas de autónomos viven momento de estrés, irritación, enfados, tensión, malestar e, incluso, es común que surjan nuevas manías personales. En base a ello, las parejas de profesionales autónomos tienen más dificultades para relacionar su vida personal con la laboral, en relación a los trabajadores asalariados.
Sin embargo, es posible que una pareja de autónomo pueda complementarse en el ámbito laboral. Tal y como indica Ayuso, las parejas son quienes ponen sus límites y normas para poder gestionar el tiempo en base a sus necesidades. Esta relación también tiene sus ventajas. Los dos son autónomos, por lo tanto entienden la situación de la otra persona y son más benevolentes. La clave está en la organización y en la empatía. Aprenden a vivir con sus circunstancias y giran tu vida en torno a ellas.
Consejos para la compatibilidad en una pareja de autónomos
Los conflictos son el pan de cada día de las parejas. Y más cuando las parejas trabajan juntas y las dos partes son trabajadores por cuenta ajena. Pero Ayuso afirma que existen una serie de pautas eficaces para afrontar estos conflictos. Son las siguientes:
- Crear o destinar un espacio de convivencia para las relaciones íntimas entre la pareja.
- Aprender a cooperar, a tomar decisiones en conjunto y a velar por las necesidades y deseos de ambos.
- Organizar el tiempo para que cada parte de la pareja pueda destinar unos minutos al día para estar con el otro.
- Organizar escapadas o viajes a corto plazo.
- Fijar vacaciones anules con bastante tiempo de antelación, para adelantar trabajo.
- Repartirse las tareas y responsabilidades del hogar o la convivencia.