Desde el comercio minorista familiar Wal -Mart hasta el pequeño negocio de barrio de la esquina, la empresa familiar (FOB) constituye una parte vital del panorama económico estadounidense, proporcionando un salario a más del 60 por ciento de la población activa de EE.UU. y representando el 90 por ciento de todos los negocios en América del Norte.
Irónicamente, sin embargo, las familias a menudo fracasan en el manejo adecuado del negocio a la hora de lograr expansión y longevidad. Este mismo mes, la Oficina Nacional de Investigación Económica reveló en un estudio de prácticas empresariales, realizado con casi 10.000 empresas en todo el mundo, que los negocios familiares cuentan con peor gestión que cualquier otro tipo de negocio, a excepción de las empresas propiedad del fundador, donde el CEO fundador sigue todavía en su puesto.
Indagando un poco más, la investigación también muestra que el 88 por ciento de los negocios familiares actuales creen que seguirán funcionando durante al menos cinco años. Sólo el 30 por ciento de estas empresas sobreviven a la segunda generación y un alarmante 12 por ciento llegan a la tercera. Si te preguntas acerca de la cuarta generación, esa estadística es aún más desalentadora, solo un 3 por ciento.
¿Por qué las empresas familiares cuentan con los peores ejercicios de gestión entre casi todos los tipos de negocios? La respuesta es claramente: el rechazo a la realidad. El problema, más que en ningún otro grupo de pymes, es que estas empresas tienen más probabilidades de negarse a aceptar la verdadera tensión y amenazas existentes en sus negocios y consecuentemente, la posible quiebra de los mismos.
El rechazo a asumir la realidad es un tema delicado, pero cuando se emprende un negocio – especialmente un negocio familiar – resulta necesario ser consciente de ello y saber identificar la propia autoestima. La negación es un viejo enemigo insidioso que, según ha demostrado con frecuencia la historia, puede ser fatal para una empresa familiar en las siguientes circunstancias:
El patriarca de la familia o miembro más veterano siempre se considera como la persona más inteligente del equipo. Esto puede desalentar a otros empleados a la hora de tomar la iniciativa y hacer frente a posibles problemas. Dentro de este contexto, al surgir preocupaciones, como pueden ser la insuficiencia de capital, una infraestructura anticuada o excesivas gratificaciones, se puede crear un cierto alarmismo si el patriarca de la familia no asume que cualquiera de estos hechos podrían ser un problema.
No se presta suficiente atención al flujo de caja a largo plazo. “El flujo de caja” es uno de los términos más utilizados en los negocios – y también es uno de los menos comprendidos. El flujo de caja se considera con frecuencia erróneamente como el resultado de ingresos menos gastos. El registro de beneficios o un sólido balance o la cuenta de resultados no son indicadores para el flujo de caja actual o futuro. Es importante que los negocios familiares recuerden que las ventas no son dinero en efectivo. Debido a la naturaleza más personalizada de las empresas familiares, existe una inclinación inherente que lleva a permitir a los clientes a pagar sin prisas. Pero para poder protegerse en mercados difíciles, estas empresas deben dejar de lado el temor a parecer agresivos y no dudar en llevar a cabo recobros de impagados.
Muchos negocios familiares no reconocen la situación financiera real de la empresa . Los miembros de la familia, como es natural, sienten una afinad especial hacia su negocio, y ven a la empresa como la manifestación del espíritu emprendedor de la familia. Si bien esto es comprensible, puede tener como consecuencia que sea difícil adoptar puntos de vista objetivos y firmes hacia la verdadera salud financiera – en la actualidad y en el futuro.
A menudo se da mayor prioridad a la armonía familiar que al buen juicio del negocio. Aquí es donde más amenazan la dinámica familiar y el resto de la historia, y el rechazo a la evidencia pueden dar lugar al mayor antagonismo. Lo que es mejor desde el punto de vista familiar no es necesariamente lo más conveniente desde una perspectiva empresarial; pero para asegurar una empresa familiar, es preciso identificar de forma realista todos los retos y amenazas externos e internos a los que se debe dar prioridad. No es nada fácil, pero los debates familiares sinceros sobre cómo defender el negocio pueden combatir esta terrible enfermedad que tan a menudo acecha a este tipo de empresas.
Aunque las estadísticas no están del lado de las empresas familiares, estos emprendedores pueden cambiar su destino a través de previsiones de amenazas en sus negocios y en el sector, lo que les llevará a adoptar estrategias para reducir el impacto de la volatilidad potencial.
Para empezar, identifica de forma realista todas las amenazas y problemas externos e internos a los que se enfrenta tu negocio. Entonces debate con tu familia sobre cómo defender vuestra empresa frente a estas circunstancias. A través de estas conversaciones, podrás identificar nuevas formas de llevar el negocio que mitiguen el riesgo y os coloquen en un camino sostenible para el crecimiento empresarial.
Fuente: DAN SCOULER www.entrepreneur.com
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