El panorama del trabajo autónomo en España está cambiando. Según datos recientes, el 17,3% de los nuevos afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) en 2024 provienen de sectores de alta cualificación, como la educación, la sanidad y las actividades profesionales, científicas y técnicas. Esto representa un auge de los autónomos, más de 585.500 trabajadores autónomos, un crecimiento significativo frente a los 439.625 registrados en 2015, lo que supone un aumento del 33% en la última década.
Sectores tradicionales pierden terreno
Aunque sectores como la construcción y el transporte también han mostrado incrementos en 2024, con 6.188 y 5.390 nuevos afiliados respectivamente, su crecimiento a largo plazo ha sido más moderado. Desde 2015, la construcción ha crecido un 14,05% y el transporte un 11,9%.
Por otro lado, algunos sectores tradicionales, como el comercio y la hostelería, presentan una tendencia a la baja. En los últimos 10 años, el comercio ha perdido casi 100.000 afiliados, mientras que la hostelería ha visto una reducción de 7.000. La industria manufacturera y la agricultura también han retrocedido, con caídas de 28.000 y 11.500 afiliados respectivamente.
Retos en el auge de los autónomos cualificados
El presidente de UPTA, Eduardo Abad, destaca la importancia de este cambio hacia un modelo productivo más adaptado a las necesidades del mercado actual, pero advierte de los riesgos asociados: “Glovolizar el trabajo autónomo sería un disparate. Necesitamos profesionales cualificados, digitalizados y con formación constante que puedan mejorar sus competencias y condiciones de trabajo.”
UPTA también ha señalado la urgencia de abordar problemáticas como los falsos autónomos y la precarización de ciertos sectores. La organización ha anunciado reuniones con el Ministerio de Trabajo para activar la Estrategia Nacional de Impulso del Trabajo Autónomo (ENDITA), con el objetivo de garantizar un desarrollo sostenible y justo para los trabajadores por cuenta propia.
Mirando al futuro
El cambio de paradigma en el trabajo autónomo no solo refleja una evolución en el mercado laboral, sino también una oportunidad para construir un modelo más sólido y competitivo. Sin embargo, será crucial atender las necesidades de los autónomos y garantizar que esta transición no comprometa sus derechos ni genere condiciones laborales injustas.