La transformación digital es una realidad que se ha visto acentuada por la pandemia de COVID-19. Durante el último año, las empresas se han visto obligadas a invertir en un desarrollo de sus capacidades digitales para seguir produciendo beneficios y labrarse un futuro que avanza inexorable hacia ese horizonte tecnológico. Para que este proceso sea efectivo, el Instituto de Inteligencia Emocional y Neurociencia Aplicada (IDIENA) resalta la importancia de las competencias digitales emocionales.
Estas competencias emocionales se centran en las personas y su vital importancia dentro de este proceso de transformación digital. Los trabajadores necesitan adaptarse a este cambio de paradigma para el que no se encontraban preparados. Sin poner el foco en esto, hasta un 80% de las transformaciones y los intentos de digitalización, fracasan (según McKinsey, Bain)
Cambio de paradigma laboral
La digitalización empresarial no es una cosa únicamente actual. El entorno empresarial lleva ya tiempo interesado en este proceso, pero ha sido con la pandemia cuando han visto la necesidad de acelerar el proceso. Para que este sea eficaz y sostenible a largo plazo, el IDIENA insiste en la importancia de trabajar las competencias digitales emocionales para tener un proceso exitoso. Estas competencias facilitan la integración de los nuevos conocimientos en el trabajo del empleado, disminuyendo el estrés, la ansiedad o la depresión producidas por el cambio de modelo. Estas patologías han aumentado durante la pandemia (Affor) a causa de un uso intensivo de la tecnología en un entorno laboral que antes no lo precisaba y, por tanto, no tenía a los empleados preparados.
Esto, sumado a la aparición del teletrabajo, ha aumentado la sobrecarga y la dificultad de los trabajadores para llevar a cabo tareas que antes tenían muy mecanizadas. Sin solventar estos problemas y ayudar a sobrellevar el cambio, la transformación digital no será efectiva y fracasará en el intento.
¿Qué son exactamente las competencias digitales emocionales?
Son las habilidades emocionales desarrolladas por las personas para afrontar la transformación digital de forma amable y sin riesgos para su salud mental. Deben ser capaces de innovar y adaptarse con rapidez a los cambios tecnológicos pero de una forma poco agresiva. Para ello, es fundamental la empatía del cliente.
Sin estas competencias emocionales, las inversiones en tecnología digital e innovación serán poco efectivas porque los trabajadores no estarán preparados para el cambio. Los empleados requieren de un período de adaptación para hacer suyos estos cambios y trabajar sin el estrés de enfrentarse a algo desconocido. Por ello deben ser “entrenados” en este tipo de competencias.
Ese entrenamiento no consiste en una formación al uso mediante clases o cursos que imparta la empresa. No es un aprendizaje de conocimientos sino de actitudes y mentalidades. Desde IDIENA hablan del emotional skills training (entrenamiento de habilidades emocionales). Este entrenamiento consiste en practicar estos comportamientos y actitudes diarios en todas las facetas del trabajo para implementarlo también en los nuevos avances digitales.
El aprendizaje será regular, diario y de intensidad baja, ya que es así como desde IDIENA consideran que más se favorece la integración de las competencias emocionales en el proceso digital. Este entrenamiento se basa a nivel científico en la neurociencia y la inteligencia emocional, algo enormemente relevante en materia empresarial y laboral.
IDIENA también ha comenzado a elaborar programas para el desarrollo de estas competencias tanto en empleados como en altos directivos, favoreciendo el bienestar emocional y la eficacia de la transformación digital de las empresas.