EL 25% de las empresas no cumplen los 25 años. Así se desprende de un informe realizado por Iberinform acerca de la longevidad empresarial. En él se muestra cómo a partir de los doce años, se incrementan considerablemente las posibilidades de supervivencia de las empresas.
El periodo crítico para consolidar un negocio se encuentra entre el tercer y el duodécimo año de vida. Entre estos años es donde se produce un mayor cierre de empresas. Además entre el tercer y el cuarto año se encuentra el periodo de mayor mortalidad, debido en gran medida al agotamiento de los recursos iniciales. Con todo esto, concluimos que la mayoría de empresas cerrará durante la primera década de vida.
Tercer año en una pyme: momento crítico
Lo más normal es que una start-up consuma muchos más recursos de los que es capaz de generar. La primera inyección de capital hace que los primeros 24 meses sean bastante llevaderos. En el primer año de creación sobreviven un 99’4% de las empresas, es decir, casi todas. Durante el segundo año siguen a flote el 98’1%. Sin embargo, es a partir de este momento cuando comienzan a darse los números negros. Es más, el tercer año de una pyme es el peor, según las estadísticas. En este es cuando se registra un mayor número de cierre de empresas. La tasa de supervivencia desciende hasta el 84%. En el cuarto año, vuelve a disminuir, concretamente 11 puntos, hasta quedarse en el 73%. Con estos datos extraemos que una de cada cuatro start-up cierra entre el primer y el cuarto año de vida.
La barrera de los 10 años y la madurez empresarial
Entre el quinto y el octavo año, a pesar de que siguen cerrando empresas, las tasas se suavizan, aunque siguen muriendo empresas, sumando cinco puntos porcentuales por año. Con esto, y según los datos proporcionados por Iberinform, dos de cada cuatro proyectos no llegan a los 8 años de vida. Es aquí cuando la tasa de supervivencia se queda en menos de la mitad, con el 49% de las empresas.
Tan solo el 42% de las empresas consigue superar la barrera de los 10 años y ya a los 12, la tasa de supervivencia es tan solo del 35%. Sin embargo, parece que los 12 años simbolizan la madurez empresarial y, superada esta barrera, las posibilidades de supervivencia comienzan a aumentar de nuevo. Entre los siguientes doce años, el descenso de actividad no llega a los 7 puntos. Del informe se extrae que solo una de cada cuatro empresas logra llegar a los 25 años de vida.
Los datos han sido extraídos de un análisis realizado por Iberinform en el que se estudian tres millones de creación de empresas que han tenido lugar en España desde 1990. De manera oficial se han dado de baja en el Registro Mercantil 350.000 empresas. Sin embargo, a esta cifra hay que sumarle aquellas empresas que, pese a seguir inscritas y constituidas legalmente, no tienen ningún tipo de actividad (1,3millones).