Hoy hablamos con el Director General de Carlin, José Hernández, con motivo del 30 aniversario de la creación de la franquicia. Sin duda, una de las más conocidas e importantes en nuestro país. Vamos a ver cómo surgió la empresa, cómo se ha expandido y qué próximos pasos tienen en mente.
¿Cómo surgió el lanzamiento de Carlin? ¿Podías imaginar que 30 años más tarde conseguiríais lo que tenéis hoy día?
La historia de Carlin arranca en 1989 y la pusieron en marcha mi padre, José Luis Hernández, y su entonces socio Mark Baccash; ambos detectaron que en el sector de la papelería iba a producirse un cambio importante y un crecimiento considerable y abrieron la primera tienda en Madrid, en el paseo de Santa María de la Cabeza, 9, que tenía 1.800 metros cuadrados y que fue todo un éxito. Después se montaron otras tres tiendas más en la Comunidad de Madrid, y detectando que eran rentables y que tenían aceptación, se decidió replicar el modelo en otras ciudades de España, mediante la concesión de franquicias.
Hace 30 años ni imaginábamos hasta dónde podríamos llegar, pero lo que fue solo una idea, fue tomando forma y volumen, hasta llegar a convertirnos en líderes de nuestro sector.
¿Cuáles eran los objetivos cuando se fundó Carlin? ¿Teníais en mente ser franquicia?
El objetivo era aportar innovación al sector de la papelería, que por aquel entonces funcionaba con las clásicas librerías de barrio, de las de toda la vida, y Carlin empezó a funcionar con esa primera tienda de 1.800 metros cuadrados, que no había nada parecido en toda España. La gente venía a comprar nuestros productos desde cualquier parte de Madrid, era una novedad y ahí estuvo la clave de que tuviera tanto éxito y el negocio pudiera seguir adelante; si hubiese sido más de lo mismo, no hubiese triunfado.
En los inicios, y aunque mi padre tenía conocimiento sobre lo que era la franquicia y cómo funcionaba ese sistema de negocio, la referencia a este modelo de comercio era “ceder los derechos de explotación a otras personas, en determinados lugares” y eso fue lo que se hizo, abrir tiendas en ciudades como Badajoz, San Sebastián, Talavera de la Reina.
¿Cómo puede expandirse una empresa familiar hasta el punto de tener más de 500 franquicias en España? ¿Cuál dirías que es el secreto de vuestro éxito?
Las claves de nuestro éxito y liderazgo en el sector de la papelería se encuentran, en primer lugar, en el equipo humano de Carlin, ya que la gran mayoría de la plantilla lleva trabajando más de 20 años en la empresa, no hay apenas rotación de personal, todos creen en la franquicia Carlin, y al final las empresas las integran personas y si están implicadas al 100% tofo funciona como un engranaje perfecto. Después, otra clave es la transparencia a la hora de transmitir nuestro concepto a los candidatos a franquiciado; el sentido común para tomar las decisiones adecuadas en los momentos adecuados, y reinvertir los recursos en el perfeccionamiento de la compañía.
Además de la gran presencia nacional, tenéis expansión internacional, ¿cuáles son vuestros próximos pasos?
Actualmente tenemos 540 franquicias abiertas a nivel mundial. Operamos principalmente en nuestro país y tenemos presencia internacional en Andorra, Francia, Ghana, Guinea Ecuatorial, México y Portugal. Nuestros objetivos, tanto nacionales como internacionales, pasan por seguir expandiéndonos, pero siempre con cabeza y sentido común, además de ir consolidando todas las franquicias que ya están operativas, ya que, tan importante o más que crecer, es consolidar lo que ya es una realidad.
En este sentido, en España continuamos abriendo franquicias, tanto con franquiciados que se suman a nuestra red por primera vez como con aquellos que deciden abrir su segunda franquicia, o la tercera, cuarta… Y en el exterior, en estos momentos estamos a punto de abrir nuestra primera tienda en Accra, en Ghana (África), sin duda un mercado que se prevé muy diferente al europeo. Nuestra intención es continuar por supuesto la expansión internacional, pero no lo cerramos a un país o zona concreta, ni siquiera a un continente específico.
