El capital social de una empresa es el valor de los bienes que aportan los socios en el momento en el que se constituye. A la hora de constituir una sociedad limitada, por ejemplo, es necesario aportar 3.006 euros. Pero, además de este capital dinerario obligatorio, también lo es el no dinerario. Es decir, el capital social puede ser dinero o bienes.
Qué se puede aportar como capital no dinerario
Lo habitual es que los socios aporten dinero, bienes o derechos. Sin embargo, si lo que el socio quiere aportar es trabajo, tan solo podrá hacerlo en caso de crear una sociedad laboral o una cooperativa. En el resto de sociedades no puede sustituirse el dinero o los bienes por trabajo.
Lo más común en las aportaciones no dinerarias es aportar bienes inmuebles o bienes mueles. También se aceptan valores, derechos de crédito, propiedad industrial, o establecimientos, según informan en Finutive.com. Dependiendo de lo que se aporte, el socio recibirá un porcentaje e de acciones o participaciones de la sociedad.
Reducir o ampliar el capital
Una vez esté constituida la empresa, los socios pueden aumentar o reducir el capital social. En caso de querer aumentarlo, la intención principal debe ser la de incrementar la capacidad de negocio. Para ello, en primer lugar se puede incrementar el valor nominal de las participaciones. Eso sí, deberán estar todos los socios de acuerdo. En segundo lugar, se pueden emitir nuevas participaciones para aumentar ese capital.
Los casos de reducción de capital social son los que buscan equilibrar el capital con el patrimonio neto de la empresa. Para ello, lo mejor es reducir el valor nominal de las participaciones. Una vez más, con el consentimiento de todos los socios. Otra posibilidad es la de realizar una amortización o agrupación. También es común justificar reducciones de capital cuando hay pérdidas, de manera que se hace una reducción para dotar la reserva legal o para devolver el valor de las participaciones.