Un emprendedor con un proyecto en mente tiene la ilusión por comenzar. Quiere empezar a dar vida a sus ideas, a que su sueño se convierta en realidad. Lo normal es tener un plan de negocio que seguir, en el que se haya tenido en cuenta una serie de variables. Si el proyecto es viable, qué se necesita para comenzar, cuál es el público objetivo, cómo está posicionada la competencia, etc. Sin embargo, un freelance cuando empieza con un negocio siempre tiene una duda inicial, difícil de resolver. Cuánto se debe cobrar por cada hora trabajada.
Fijar un precio al que cobrar la hora de trabajo no es fácil. La intención es ser competitivo, pero sin perder dinero. Además, fijar una de trabajo a un precio caro puede hacerte perder clientes. Pero, por el contrario, cobrar la hora de trabajo excesivamente barata puede dar sensación de inexperiencia o poca profesionalidad. Entonces, ¿a qué precio fijar la hora de trabajo? ¿Qué debe tener en cuenta el freelance emprendedor que empieza un negocio para fijarla? ¿Qué aspectos debe considerar para que sea un precio rentable y razonable?
Consejos para fijar un precio al que cobrar la hora de trabajo
Efectivamente, son muchas las cuestiones a valorar a la hora de fijar un precio por hora. En tuasesoriapersonalonline han elaborado un vídeo en el que dan las claves para fijar un buen precio por hora de trabajo.
Lo primero que se debe considerar son los gastos ineludibles. Es decir, aquellos que el autónomo no puede dejar de pagar. La cuota, los impuestos (IVA, IRPF, etc.), los suministros, el alquiler del local o maquinaria que utilice, su sueldo, etc.
A continuación, se debe hacer un cálculo de las horas facturables al año. Esto significa que si, por ejemplo, se tiene una jornada de 40 horas semanales, a esto solo se le debe considerar el 70% facturable. Para ello, se determina esas horas que trabajas a la semana, se fijan los días de vacaciones y se eliminan unos días por posible enfermedad.
Lo siguiente será estimar lo que se dedica a cada tarea. El tiempo que tardas en realizarla. Además, esto da pistas para saber si se debe invertir en una persona o contratarlo de manera externa, por ejemplo.
Por último, se controla el tiempo que se dedica a las tareas facturables para poder estimar de forma realista y establecer un buen presupuesto.