El panorama del autoempleo juvenil en España atraviesa una etapa preocupante. En los últimos diez años, la cifra de jóvenes autónomos ha caído un 8,6%, lo que supone la pérdida de más de 45.000 trabajadores por cuenta propia menores de 35 años. Este descenso refleja un estancamiento en el emprendimiento juvenil que. Según UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos), obedece a la falta de políticas públicas eficaces y sostenidas en el tiempo.
En 2015, los menores de 35 años representaban el 17% del total de inscritos en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Hoy apenas alcanzan el 14%. El dato es aún más preocupante entre las mujeres jóvenes, que solo constituyen un 5% del colectivo.
El autoempleo juvenil en España necesita un impulso real y estructurado
Aunque existen programas e iniciativas como la tarifa plana, los fondos europeos Next Generation o la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, UPTA critica que estas medidas han sido puntuales. De escaso impacto y centradas principalmente en perfiles tecnológicos, dejando de lado a quienes optan por proyectos de índole más tradicional.
El perfil actual de los jóvenes que emprenden se concentra en sectores como el comercio (18%). Seguido por las actividades profesionales, científicas y técnicas (11%) y la hostelería (9%). Esta diversidad contrasta con la fuerte concentración en servicios que se observaba hace una década. Pero no ha sido suficiente para revertir la tendencia a la baja.
Ante esta situación, UPTA urge al Ministerio de Trabajo y a las Comunidades Autónomas a impulsar un Plan Nacional de Emprendimiento Joven. La organización considera imprescindible establecer una hoja de ruta clara, estable y adaptada a las necesidades reales de los jóvenes emprendedores, con incentivos específicos y una reforma fiscal favorable para este colectivo.
Eduardo Abad, presidente de UPTA, advierte que la falta de renovación generacional en el tejido autónomo amenaza con la desaparición de miles de negocios. Además, destaca el escaso desarrollo del emprendimiento entre jóvenes en el ámbito rural, un problema que, a su juicio, agrava el fenómeno de la “España vaciada”.