Las empresas de hoy caminan imparables hacia un modelo más social, más responsable y más sostenible. Desde Vitae Solutions se destaca la importancia de que las PYMEs comiencen a invertir en planes que desarrollen la conciencia social y medioambiental de sus negocios. Este desarrollo va de la mano con crear estrategias responsables con el entorno medioambiental, compaginándolas con un sentido cívico y social que proteja a los consumidores y a los trabajadores.
El valor de una empresa aumenta si ejerce una influencia positiva en la sociedad y en su entorno. El rendimiento económico se prima en infinitas ocasiones sobre estos valores, pero son muy importantes y necesarios en el mundo de hoy. La urgencia climática y el deterioro de las condiciones laborales ejercen presión sobre las PYMEs, que asisten a un cambio en el que las empresas caminan hacia un modelo más responsable.
De esta forma, las acciones que se lleven a cabo desde un negocio deben ser socialmente responsables. ¿Qué quiere decir eso? Que las empresas deben repensar su forma de producción y estudiar si son contaminantes o dañinas con el medio ambiente, si son injustas con los trabajadores o insuficientes para los consumidores.
Según Guy R. MacPherson: «Si realmente crees que el medio ambiente es menos importante que la economía, intenta aguantar la respiración mientras cuentas tu dinero«. Esta cita resume a la perfección la necesidad de que el cambio de tendencia es imparable.
Cambio de paradigma empresarial
Tras la publicación de la ley de 2018 sobre Información No Financiera y Diversidad, en materia ecológica se obliga a las empresas de más de 250 empleados a publicar sus actividades para ver si son sostenibles o contaminantes. También se obliga a informar sobre las estrategias que se lleva a cabo para luchar contra el cambio climático.
En clave social, esta misma ley también obliga a estas empresas a señalar sus medidas en relación al respecto de los Derechos Humanos, los derechos laborales de sus trabajadores, cuidado de los consumidores etc.
Este viraje de los intereses empresariales hacia un modelo en el que también existe preocupación y regulaciones legislativas para asegurar el respeto del medio ambiente y un desarrollo sostenible, significan un cambio de paradigma empresarial crucial para la sociedad. Ahora, el éxito empresarial ya no obedece únicamente a criterios financieros, sino también a responsabilidad medioambiental y social.
Este cambio de modelo beneficia no solo a la sociedad en general, sino también particularmente a las empresas y PYMEs, que pueden garantizar su futuro y su crecimiento bajo estas nuevas reglas del juego. Para Susana Gállego (fundadora de Vitae Solutions), esto significa una oportunidad para cuidarnos íntegramente como sociedad.
El triángulo de nuevos valores empresariales
Para que las empresas sean responsables y cívicas, deben seguir tres criterios, los llamados ESG: «environmental, social & governance«. Es decir, compromiso medioambiental, valor social con la comunidad y la ética, y gobierno interno.
Este triángulo de valores será protegido por la legislación. Para conseguir financiación, las empresas tendrán que superar exámenes de compromiso social, sostenibilidad y responsabilidad con su entorno. Esto ya se está empezando a hacer en algunos entornos empresariales.
En nuestro país, las PYMEs suponen un 99% del tejido empresarial. Su crecimiento y sostenibilidad a largo plazo pasa porque modifiquen sus estrategias de crecimiento y las orienten hacia los valores ESG. De esta forma obtendrán conseguirán financiaciones y mejores socios que elevarán las posibilidades de desarrollo de la empresa.
Es impensable el enorme beneficio colectivo que obtendría la sociedad en general si todas las empresas cambiaran su modelo empresarial y adoptaran como forma de hacer las cosas este triángulo de valores éticos. Avanzar en esa dirección debe ser el objetivo de toda empresa responsable. El cambio, como es lógico, no es rápido ni inmediato. Debe hacerse poco a poco asumiendo la realidad del mercado pero con paso firme para alcanzarlo a medio-largo plazo.