El síndrome del impostor, también conocido como el síndrome del fraude es un trastorno psicológico en el que las personas no son capaces de reconocer sus propios logros. Son personas que consideran que son un fraude porque no son merecedores de sus hazañas y logros.
Según el estudio llevado a cabo por el Journal of General Internal Medicine afecta al 82% de los empleados en algún momento de sus vidas.
Se trata de un trastorno que suele reflejarse mayoritariamente en mujeres. La principal razón que muchos expertos abalan es por los roles de genero establecidos en la sociedad. La mujer está ligada al rol de madre, buenas trabajadoras y esposas, etc.
Cómo evitar el síndrome del impostor
Desde la plataforma de aprendizaje en línea, Udemy junto a la experta en liderazgo profesional Cecilia Mansilla han establecido cuatro aspectos que las empresas y sus trabajadores deben tener en cuenta para evitar el síndrome del Impostor
- Las empresas deben promover buenos espacios de trabajo donde los empleados se sientan a gusto. Es importante fomentar la seguridad psicológica por el bien individual pero también colectivo. Cuando un empleado se encuentra en un espacio de trabajo adecuado se siente en confianza para decir lo que piensa y solicitar ayuda cuando es necesario. Es una manera de sentirse seguro, libre, sin miedo de ser juzgado por el resto y en consecuencia por ellos mismos.
- Hay que fomentar el reconocimiento. Para evitar el síndrome del impostor hay que saber reconocer los logros de las personas, tanto los ajenos como los propios. Un entorno agradable de trabajo incita a ello.
- Realizar actividades diversas e inclusivas en el trabajo. Una empresa que fomenta la equidad e inclusión hace que las personas tengan las mismas oportunidades. Para muchas personas es una forma de reducir las inseguridades y ser consciente del valor de sus hazañas, tanto a nivel laboral como personal.
- Mantener feedback entre los directivos y los empleados, así como entre empleados. Ser escuchado y recibir respuesta en un equipo de trabajo es fundamental para no sufrir el síndrome del impostor. Compartir ideas y saber la opinión de otros respecto a nuestro trabajo permite ganar seguridad reducir la posible inestabilidad emocional que provoca el síndrome del fraude.
Aunque es posible recibir muchos consejos por parte de especialistas como es el caso de Cecilia Mansilla cuando se trata de un problema que viene provocado por inseguridades, ansiedad, estrés, entre otros, siempre la mejor opción es acudir al psicólogo.