El Informe Europeo de Pagos de Intrum indica que el 44% de las empresas en Europa son más débiles, siendo España, junto a Bélgica, Países Bajos e Irlanda, los países con los porcentajes más bajos. En este contexto, la mitad de las empresas españolas ha cambiado su enfoque de crecimiento hacia una mayor eficiencia y ahorro de costes. Además, el 85% de las organizaciones señala que los retrasos en el cobro de facturas están obstaculizando su capacidad de invertir en iniciativas estratégicas de crecimiento.
El final del verano marca el inicio de un nuevo ciclo para las empresas, sobre todo para aquellas en proceso de recuperación. Septiembre es visto como el momento ideal para ajustar estrategias, optimizar recursos y buscar nuevas oportunidades de mercado.
De acuerdo con la última edición del Informe Europeo de Pagos de Intrum, que analiza anualmente la salud financiera y las tendencias de pago de empresas en 25 países europeos, el 39% de las compañías españolas se encuentran en una situación vulnerable. Califican su negocio como más débil en ingresos, eficiencia y resiliencia en comparación con el año pasado.
¿Cómo se encuentran las empresas españolas con respecto a los otros países?
España presenta un porcentaje de respuesta alto, pero sigue estando por debajo de la media europea (44%). Ocupa el cuarto lugar por la cola, solo superando a Bélgica, Países Bajos e Irlanda. En comparación, Alemania, Francia e Italia muestran porcentajes más elevados. Por otro lado, Croacia, Hungría, Austria, Eslovenia, Portugal, República Checa y Serbia encabezan la lista con los porcentajes más altos de empresas en esta situación.
La eficiencia y el ahorro de costes, por encima de la inversión en crecimiento
En este contexto, es crucial que las empresas continúen beneficiándose de las mejores perspectivas económicas y tomen medidas para reforzar su estabilidad financiera. Deben adaptarse a las condiciones del mercado en constante cambio. De acuerdo con el estudio de Intrum, el 53% de las empresas en España ha ajustado su estrategia de crecimiento, enfocándose más en la eficiencia y el ahorro de costes. Para ello priorizan la optimización de recursos y la reducción de gastos como estrategias principales para afrontar los retos actuales.
Este entorno de cautela está, en parte, justificado por la actitud de las empresas hacia el crédito. Según el Informe Europeo de Pagos, el 48% de las organizaciones en nuestro país menciona que el alto coste de la financiación les lleva a ser más cautelosos al momento de invertir en el crecimiento del negocio.
A esta dificultad se suma el problema de los impagos, que también afecta el impulso de las empresas. De hecho, el 85% de las compañías españolas reconoce que el retraso en el cobro de facturas les está dificultando la inversión en iniciativas estratégicas de crecimiento. Un 53% dice que afecta un poco, un 23% que señala un impacto significativo, y un 9% que lo considera muy significativo.
