Cuando un profesional decide darse de baja como autónomo, es habitual que surjan dudas sobre si con ello pierde sus derechos ante la Seguridad Social. La respuesta es matizada: no se pierde completamente la protección, pero sí cambian algunos derechos importantes.
Según un análisis especializado, darse de baja del Régimen Especial de Trabajadores por cuenta propia (RETA) implica dejar de cotizar como autónomo, lo que detiene la generación de nuevos derechos ligados a esa cotización.
Cobertura sanitaria y Seguridad Social: ¿qué derechos se mantienen?
Aunque se interrumpa la actividad como autónomo y la cotización al RETA, la cobertura sanitaria básica sigue vigente. Esto significa que el contribuyente conserva el acceso a consultas médicas, urgencias y hospitalización, y también los miembros de su unidad familiar pueden seguir incluidos en la asistencia, siempre que cumplan los requisitos como beneficiarios.
Derechos que pueden verse afectados
Sin embargo, dejar de cotizar por cuenta propia afecta a prestaciones cuya concesión depende directamente de la cotización activa. Entre las más relevantes están:
- La prestación por incapacidad temporal.
- Las prestaciones por maternidad/paternidad o riesgo durante el embarazo o lactancia.
- El derecho al paro del autónomo (prestación por cese de actividad) si no se cumplían previamente los requisitos.
- La cuantía futura de la pensión de jubilación, ya que el cese de cotización detiene el cálculo del periodo y la base reguladora.
Alternativas para seguir cotizando en la Seguridad Social
Para los profesionales que dejan de ser autónomos pero quieren mantener cierta protección, existen fórmulas alternativas:
- Suscribir un convenio especial con la Seguridad Social, lo cual permite cotizar voluntariamente para conservar derechos fundamentales como incapacidad, maternidad o jubilación.
- Si empiezas a trabajar por cuenta ajena, integrarte al Régimen General, recuperando cotización y prestaciones desde ese nuevo régimen.
- Reactivar prestaciones previas por desempleo si se cumplen los plazos establecidos.
La decisión merece visión a largo plazo
El estudio advierte que, aunque dejar de ser autónomo puede suponer un ahorro inmediato en la cuota, conviene valorar el impacto en la futura protección social. Mantener la afiliación al RETA, aunque sin actividad, puede ser más beneficioso en algunos casos, ya que evita interrupciones en la cotización y simplifica una posible reactivación futura.

