Durante los meses de enero y febrero de 2025, un total de cuatro trabajadores autónomos fallecieron en España como consecuencia de accidentes laborales. Esta cifra representa una disminución del 50% respecto al mismo periodo de 2024, cuando se contabilizaron ocho muertes. Según los últimos datos publicados por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA).
En total, se registraron 5.160 accidentes laborales entre autónomos en los dos primeros meses de 2025. De estos, 4.815 ocurrieron durante la jornada de trabajo y 345 fueron considerados accidentes “in itinere”. Es decir, en los desplazamientos hacia o desde el lugar habitual de actividad. La mayoría de los siniestros fueron leves (4.702), aunque se produjeron también 105 accidentes graves.
Aunque los datos muestran una mejora en términos de siniestralidad mortal, desde ATA advierten que las cifras siguen siendo preocupantes. La organización insiste en la necesidad de reforzar las políticas de prevención de riesgos laborales específicamente dirigidas a este colectivo, que muchas veces trabaja en condiciones precarias y sin acceso a medidas básicas de seguridad.
Los sectores con mayor incidencia de accidentes entre autónomos continúan siendo los tradicionales: construcción, comercio, agricultura y transporte. La construcción, históricamente uno de los más afectados, vuelve a destacar como uno de los sectores con más siniestralidad, lo que evidencia la urgencia de actuar con medidas específicas y recursos adaptados a cada actividad.
Desde ATA se reclama una mayor implicación por parte de las administraciones públicas. Entre las propuestas destacan campañas de sensibilización sobre prevención, acceso a formación técnica en seguridad laboral, y líneas de apoyo económico para que los autónomos puedan invertir en equipos de protección y mejoras en sus condiciones de trabajo.
La reducción del número de accidentes laborales entre autónomos no debe verse como una estadística positiva. Sino como una oportunidad para seguir avanzando en la protección de millones de profesionales que, día a día, sostienen buena parte de la economía del país. Apostar por su seguridad es también apostar por el futuro del trabajo autónomo en España.
