Los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP) que se han quedado atrás en el tiempo están suponiendo un lastre para la competitividad de muchas organizaciones. Según datos citados por Microsoft, mantener aplicaciones desactualizadas puede absorber hasta el 90% del presupuesto de TI, un gasto que limita la innovación en áreas como la inteligencia artificial o la automatización.
Síntomas ERP obsoleto
Con este contexto, la consultora tecnológica española Excelia ha publicado el informe “CIOs en la cuerda floja: el alto precio de un ERP obsoleto”, en el que identifica ocho síntomas que evidencian cuándo un sistema debe modernizarse.
- Actualizaciones complicadas o inexistentes. Cuando instalar un parche implica proyectos largos y costosos, o el proveedor ya no da soporte, el ERP se convierte en una fuente de vulnerabilidades.
- Integración deficiente. Si conectar el sistema con soluciones modernas como CRM, e-commerce o analítica avanzada resulta complejo, la empresa pierde competitividad.
- Procesos manuales y poco eficientes. Seguir dependiendo de hojas de cálculo o duplicar información ralentiza las operaciones.
- Movilidad y acceso limitados. La falta de versiones en la nube o de acceso desde dispositivos móviles impide la flexibilidad que hoy exigen los negocios.
- Información poco fiable o tardía. Reportes incompletos o desfasados dificultan la toma de decisiones en tiempo real.
- Costes de mantenimiento elevados. Mantener la infraestructura obsoleta consume recursos que podrían destinarse a innovación.
- Experiencia de usuario deficiente. Interfaces rígidas y poco intuitivas generan resistencia entre los equipos y frenan la colaboración.
- Falta de escalabilidad. Un ERP que no acompaña el crecimiento ni se adapta a nuevas líneas de negocio acaba siendo un obstáculo para la expansión.
Excelia recuerda que la modernización del ERP no tiene por qué ser un salto al vacío, sino un proceso planificado que empieza con un diagnóstico de los sistemas críticos y una priorización de las mejoras con mayor impacto. La compañía recomienda ejecutar los cambios en fases, garantizar compatibilidad y acompañar la transformación con comunicación interna y formación para los equipos. Además, subraya que contar con un socio especializado permite reducir riesgos, acelerar la transición y asegurar que cada inversión tecnológica se traduzca en valor tangible para el negocio.Una vez superado ese proceso, el siguiente paso natural será la incorporación de agentes de inteligencia artificial, lo que permitirá transformar el ERP en un asistente capaz de anticiparse a las necesidades de la empresa, optimizar operaciones y liberar a los profesionales de tareas repetitivas.


