En un contexto donde las tertulias se han convertido en un espectáculo polarizador, el libro Tertulianos emerge como un análisis crítico y satírico que desentraña la realidad oculta tras esas conversaciones televisivas y radiofónicas. Sin señalar nombres concretos, sus autores examinan con ironía y rigor cómo funciona ese mundo donde predominan el grito y la gesticulación, y cómo influyen en el periodismo y en la construcción de la opinión pública.
En esta entrevista, Juanma Romero, nos cuenta qué los llevó a escribir el libro, los desafíos que encontraron al observar un fenómeno tan presente y controvertido, y nos ofrecen una mirada profunda sobre temas como las diferencias de género en las tertulias, la llamada “economía del grito”, y el papel de la inteligencia artificial en el futuro del debate público.
¿Qué os llevó a escribir Tertulianos? ¿Hubo algún momento, tertulia o personaje que os hiciera pensar: “esto hay que contarlo”?
Decidimos que era un buen momento para contar lo que se cuece detrás de las tertulias, ya que cada día vemos el circo mediático que se puede formar. También teníamos muy claro que no íbamos a dar nombres concretos de tertulianos que ni tienen la más remota idea de lo que hacen y dicen, no era cuestión de buscar enemigos. Se trata solo de reflejar la situación.
Y, aunque no damos nombres, sí mostramos claros ejemplos de esos tertulianos que saben de todo.
Desde vuestra experiencia, ¿cuál fue el mayor reto al analizar algo tan presente y, a la vez, tan polarizante?
Uno de los mayores retos ha sido el ver todo tipo de tertulias para analizar minuciosamente a los tertulianos. Algunas nos dejaban exhaustos porque intentábamos enterarnos del contenido de lo que se trataba y no éramos capaces de lograrlo.
Solo ves a gente gritando, gesticulando exageradamente, como si eso les diese la razón, y quitándole la palabra al de enfrente.
El libro mezcla análisis crítico con sátira. ¿Por qué decidisteis apostar por este enfoque híbrido? ¿Qué aporta la ironía en la forma en que se recibe el mensaje?
Decidimos que era mejor hacerlo de esta forma, haciendo un análisis crítico, pero a la vez tirando del humor, para que la gente disfrute del libro. Al final, la vida hay que tomársela con humor. Si nos tomásemos en serio a los tertulianos, tendríamos un gran problema mental. No todos, pero la mayoría están ahí para defender unos intereses concretos y una ideología determinada, aunque esos intereses e ideología, en ocasiones, sean indefendibles.
Dedican un capítulo entero a las diferencias de género en las tertulias. Desde vuestra perspectiva, ¿cuáles fueron los hallazgos más sorprendentes en cuanto a cómo se expresan y son tratados hombres y mujeres en estos espacios?
En el libro contamos bastantes diferencias, pero por mencionar una, los hombres por lo general utilizan un lenguaje más competitivo. Más enfocado a “ganar” la discusión, mientras que las mujeres utilizan uno más colaborativo y para buscar el consenso. Y en cuanto a la comunicación no verbal, generalmente los hombres gesticulan mucho más que las mujeres con el fin de adueñarse de ese espacio, que luego puede darles ventaja a la hora de confrontar con los otros tertulianos.
En el libro habláis de una verdadera “economía del grito”. ¿Cómo analizáis el impacto de este modelo en el emprendimiento periodístico y en los nuevos medios que buscan posicionarse?
La “economía del grito” ha tomado fuerza en los medios, donde la exageración y la polarización se han convertido en estrategias para captar la atención del público. Este fenómeno no solo distorsiona la conversación pública, sino que también condiciona la forma en que los nuevos medios intentan posicionarse.
Para quienes empiezan en el periodismo, destacar sin perder credibilidad es un reto difícil. En un entorno donde la inmediatez y la polémica dominan, los tertulianos y las empresas periodísticas buscan conectar con la audiencia y garantizar su viabilidad. Aunque el riesgo de sacrificar la calidad informativa por el impacto inmediato sigue latente.
Le dedican también un capítulo a la inteligencia artificial. ¿Cómo creéis que la IA puede transformar las tertulias? ¿Puede ayudar a elevar el nivel del debate o corre el riesgo de amplificar los sesgos?
La IA puede ser de gran ayuda en muchos temas, como la verificación de datos o la monitorización de noticias en tiempo real. Esto puede ayudar a elevar el nivel de debate, ya que la IA hace, entre otras cosas, que se pueda obtener información de manera más rápida.
En un ecosistema mediático saturado por la polémica, ¿creéis que todavía queda espacio para el diálogo constructivo o ya fue reemplazado por el espectáculo?
Es verdad que el espectáculo es lo que muchas veces buscan los medios de comunicación, porque es lo que da juego y audiencia. Pero sí que creemos que queda espacio para el diálogo constructivo.
Finalmente, ¿qué consejo le daríais a jóvenes emprendedores que quieren crear contenido crítico u opinativo en este entorno tan condicionado por el algoritmo, las audiencias y la viralidad?
Que sean pacientes, constantes en cuanto a la publicación de contenido y que sean auténticos. Es decir, que busquen la forma de diferenciarse de su competencia, siempre con honestidad y sentido común.