El 33% de los trabajadores autónomos no podrá disfrutar de vacaciones durante este verano, según un estudio elaborado por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA). El informe, realizado a partir de una encuesta a más de 1.200 profesionales por cuenta propia, evidencia las dificultades estructurales que enfrenta este colectivo a la hora de tomarse un respiro.
Los datos revelan que apenas un 36,8% de los autónomos tiene previsto desconectar durante al menos 15 días, mientras que un 29,4% planea tomarse una semana como máximo. Sin embargo, uno de cada tres afirma que no podrá parar ni un solo día. Entre los motivos más frecuentes se encuentran la imposibilidad de cerrar el negocio, la falta de ingresos suficientes y la ausencia de personal que pueda sustituirles durante su ausencia.
“El autónomo sigue siendo el gran olvidado en materia de conciliación y descanso”, denunció Lorenzo Amor, presidente de ATA. “Muchos no se pueden permitir parar porque eso significa dejar de ingresar, y en muchos casos, poner en riesgo la viabilidad del negocio”.
Las vacaciones, una meta inalcanzable para muchos
El informe también apunta que las vacaciones, cuando se producen, rara vez son completas. La mayoría de los encuestados admite que aunque logre desplazarse unos días, no deja de atender llamadas o resolver gestiones administrativas. Solo un 18% afirma que puede desconectar completamente durante su periodo vacacional.
ATA advierte de las consecuencias que esta situación puede tener sobre la salud física y mental del colectivo. La falta de descanso aumenta el riesgo de agotamiento, estrés y desmotivación, lo que repercute directamente en la productividad y sostenibilidad de los negocios a medio y largo plazo.
Ante este panorama, la federación reclama mayor apoyo institucional para fomentar el derecho al descanso entre los autónomos. Entre sus propuestas figuran incentivos fiscales, bonificaciones para contratar sustituciones temporales y programas específicos de ayuda a la conciliación.
“Un país no puede permitirse tener a un tercio de sus autónomos trabajando sin descanso año tras año. Necesitamos políticas valientes que reconozcan esta realidad y actúen en consecuencia”, concluyó Amor.
La radiografía que ofrece ATA pone de manifiesto una vez más las carencias estructurales que sufre uno de los pilares fundamentales del tejido económico español: los autónomos.