El acceso al capital sigue siendo uno de los mayores desafíos para las mujeres emprendedoras, a pesar de que los datos demuestran su alto potencial de éxito. En un ecosistema donde solo el 2% del capital riesgo se destina a startups lideradas por mujeres, iniciativas como SheBlooms Venture buscan cambiar las reglas del juego.
Detrás de esta plataforma está Virginie Rogé, una emprendedora que ha logrado reunir a algunos de los inversores más influyentes del país para apoyar y potenciar proyectos liderados por mujeres.
- ¿Cómo surgió la idea de SheBlooms Venture y qué misión buscas cumplir con esta plataforma?
SheBlooms Venture surgió de una oportunidad clara. Sólo el 2% del capital va destinado a emprendedoras cuando representan el 15% del total de emprendedores y muchos estudios como el de BCG (Boston consulting group) demuestran que el ROA de sus proyectos es 35% superior.
Multiplicamos las probabilidades de éxito de las emprendedoras, mejorando su visibilidad y su capacidad
de atraer inversión.
- ¿Cómo lograste atraer a estos grandes nombres y qué valor aportan a la plataforma?
Los inversores buscan “curated deal Flow”, startups con mucho potencial que ya hayan sido “triadas”, que
cumplen unos requisitos mínimos y con una parte de la due diligence hecha. Y sí son sólo startups lideradas por mujeres, les permite diversificar su portfolio sabiendo además que tienen una probabilidad de rentabilidad mayor por las estadísticas mencionadas anteriormente.
- ¿Qué tipo de proyectos buscan en SheBlooms Venture? ¿Cómo seleccionan a las iniciativas que forman parte de su plataforma?
Buscamos emprendedoras con valores, comprometidas con sus proyectos, resilientes con capacidad de
liderazgo y buenas comunicadoras. Les ayudamos en trabajar estas “soft skills”. En cuanto a sus
proyectos, no tenemos sector preferente por la diversidad de nuestros inversores pero sí es necesario
que sean escalables, que ya tengan métricas y que el equipo esté full time.
- ¿Qué desafíos ves en la actualidad para las mujeres emprendedoras en el mundo de las inversiones?
El principal desafío es el acceso al capital, que sigue estando marcado por sesgos inconscientes. Muchas
veces las emprendedoras reciben preguntas más defensivas o centradas en el riesgo frente a sus pares
masculinos, a quienes se les pregunta más por el potencial. También hay una falta de referentes visibles,
lo que limita la ambición o confianza de muchas mujeres que inician sus proyectos. Y, por supuesto, la
falta de redes con acceso a inversores, que sigue siendo una barrera importante.
- ¿Cuáles han sido los mayores aprendizajes desde que comenzaste este proyecto y cómo crees que ha cambiado el panorama de las inversiones lideradas por mujeres en los últimos años?
Uno de los mayores aprendizajes es que no basta con tener un buen proyecto; es necesario saber contarlo, venderlo y defenderlo. Muchas mujeres emprendedoras subestiman su narrativa o no se
sienten cómodas hablando de dinero o ambición, y eso hay que trabajarlo. En cuanto al panorama, ha mejorado: hay más fondos liderados por mujeres, más iniciativas que apoyan la inversión con enfoque de género, y sobre todo, más conciencia sobre el desequilibrio que existe. Pero aún queda mucho camino por recorrer.
- ¿Qué consejos les darías a las mujeres que están empezando con sus propios proyectos y desean buscar inversiones?
Que empiecen a hablar de su proyecto desde el día uno. Es importante que busquen feedback, practiquen su pitch y aprendan a comunicar con claridad y confianza. Que construyan una red de apoyo, que se rodeen de otras emprendedoras, mentoras o business angels que les abran puertas. Y que no tengan miedo de pedir lo que vale su proyecto. La inversión no es solo una cuestión financiera, es también una cuestión de visión y convicción.
- ¿Cómo crees que la inclusión de más mujeres en el mundo de las inversiones cambiará la economía y el entorno empresarial globalmente?
Incluir más mujeres en el mundo de la inversión no solo corrige una desigualdad histórica, también genera impacto económico real. Las mujeres tienden a invertir en sectores más diversos, con enfoque en impacto, sostenibilidad y soluciones reales. También están más abiertas a apoyar a otras mujeres. Eso genera un círculo virtuoso: más mujeres invirtiendo → más mujeres emprendiendo → más innovación y riqueza distribuida de forma más equitativa. A largo plazo, esto transforma el tejido empresarial y mejora la economía para todos.