La morosidad es uno de los principales problemas a los que se exponen los profesionales autónomos y las pymes en nuestro país. Según el último boletín sobre morosidad elaborado por CEPYME, junto a la Dirección General de Industria y de la Pyme, el periodo medio de pago en España es de 80,5 días, superando así, en más de 20 día la legalidad vigente. Este retraso en los pagos afecta a todo tipo de empresas, pero es más significativo en el caso de los autónomos y las pequeñas y medianas empresas, ya que cuentan con menos recursos para hacer frente a sus gastos.
Es por ello que extender facturas con fecha de vencimiento es muy recomendable para no tener que llegar a situaciones de morosidad o, incluso, de reclamaciones de deuda por la vía judicial. La fecha de vencimiento es la fecha límite que establece el autónomo o el empresario para que el cliente pague por los servicios prestados o los productos recibidos.
Ventajas de incluir fecha de vencimiento
Cuando un autónomo o empresario expide una factura sin fecha de vencimiento, el cliente debería abonarla en los límites legales (60 días como máximo). Sin embargo, son muchos los casos en los que este periodo se sobre pasa y el trabajador por cuenta ajena se ve obligado a acudir a la vía judicial para reclamar lo que le pertenece, con los plazos que esto supone. Por el contrario, poniendo una fecha de vencimiento en las facturas, el proceso de acelera. A partir de la fecha en la que se ha fijado el vencimiento, el adeudado puede reclamar su dinero. Incluso, se pueden hasta reclamar intereses de demora.
Además, cuando se va a abrir un proceso monitorio en caso de deuda no cobrada es necesario cumplir con unos requisitos. Uno de ellos es que se debe certificar que, efectivamente, la deuda existe. En caso de tener una fecha de vencimiento indicada en la factura, este requisito se cumple y el trámite es mucho más rápido y sencillo.