El Mínimo Producto Viable (por sus siglas en inglés, MVP: Minimum Viable Product) es una versión inicial de un producto o servicio que incluye únicamente las funcionalidades esenciales para satisfacer una necesidad específica del cliente. Su objetivo es probar una idea de negocio en el mundo real con el menor tiempo, esfuerzo y costo posible, obteniendo retroalimentación directa de los usuarios para decidir si vale la pena seguir desarrollando la solución, modificarla o desecharla.
El MVP no busca ser un producto terminado o perfecto. De hecho, su valor está en su simplicidad: permite validar hipótesis clave del negocio sin tener que construir una solución completa. Es una herramienta fundamental dentro de metodologías como Lean Startup, que promueve el enfoque de “construir–medir–aprender” para reducir el riesgo al emprender.
¿Para qué sirve?
El MVP tiene múltiples propósitos estratégicos:
- Validar si existe demanda real por el producto o servicio.
- Detectar rápidamente fallos o suposiciones incorrectas antes de hacer una inversión mayor.
- Obtener comentarios valiosos de clientes reales que permitan mejorar la propuesta.
- Empezar a construir una base de usuarios inicial.
- Generar datos y tracción que pueden ser útiles para conseguir inversionistas.
Ejemplos clásicos de MVP
Algunos casos famosos demuestran el poder del MVP:
- Dropbox: antes de desarrollar su software, lanzaron un video explicando cómo funcionaría.
- Airbnb: los fundadores alquilaron colchones en su propio apartamento para comprobar si la gente pagaría por hospedarse en casas de particulares.
- Zappos: el fundador empezó tomando fotos de zapatos en tiendas físicas y las publicaba online. Cuando alguien compraba, él mismo iba, los compraba y los enviaba.
Cómo crear tu MVP
Para diseñar un MVP efectivo, responde estas preguntas:
1. Define el problema que quieres resolver.
2. Identifica a tu cliente objetivo.
3. Establece tu propuesta de valor.
4. Prioriza las funcionalidades esenciales.
5. Crea y lanza tu MVP (rápido y simple).
6. Mide resultados y aprende.
7. Itera y mejora. Con lo aprendido, ajusta tu propuesta, cambia lo que no funcionó, y vuelve a lanzar.